Circula en Colombia una nueva edición de ‘El Eternauta’, revisada, corregida y con algunas ilustraciones retocadas. El editor general de Vestigio, que se enfoca en ciencia ficción y narrativa fuera de lo común, escribe para LA RUEDA SUELTA por qué esta obra es un hito de la literatura hispanoamericana, «un texto fundacional del pensamiento contemporáneo latinoamericano».
* Rodrigo Bastidas Pérez
Los modos de la resistencia se construyen de múltiples formas: desde la batalla individual, desde el apoyo mutuo, desde la colaboración o incluso desde la inacción consciente. La resistencia se ha convertido con el tiempo en uno de los más importantes medios de participar activamente en la sociedad. Sin embargo, justamente por su importancia es que debe ser cuidadosa y delicada; pensada e imaginada.
No cualquier acción contraria a estados de control se configura como una resistencia funcional y tampoco podemos usar el nombre de maneras aleatorias y gratuitas. La sospecha que surge actualmente de esta palabra está sustentada en que, lejos de su valor inicial, ha ido mutando en una especie de logo o palabra clave para esconder, bajo este nombre, acciones que están apoyando las formas de la opresión bajo una máscara de firmeza.
Pareciera por momentos que hay resistencias funcionales a los sistemas, movimientos que permiten continuar a las formas de control; marchas y consignas que solo existen en su potencialidad de que haya un contrapeso al sistema para que no sintamos que todo lo que ocurre en la historia no tiene posibilidad de solución.
Un héroe distinto
Por ello, encontrar un libro como El Eternauta, escrito por Germán Oesterheld y dibujado por Francisco Solano López, se convierte en una gema dorada para que repensemos, en el siglo XXI, cómo se han construido las formas de resistencia latinoamericana en momentos en los que más necesarias han sido.
Hablar del texto de Osterheld es complicado: El Eternauta tiene esa importancia icónica de Perón, Maradona o El Ché. Pero es justo eso lo que lo hace más interesante: ¿cómo un personaje de cómic logra convertirse en el ícono prototípico de la Resistencia?
Bajo un argumento que toca los movimientos de las guerrillas y con altas dosis de estrategia militar, El eternauta logra desarrollar la idea fija de la unión de los pequeños y la importancia de los valores individuales en pro de lo comunal.
La primera vez que lo leí, pude imaginar que los extraterrestres podrían estar en los cielos sudamericanos y no se empeñaron en destruir la torre Eiffel y la Casa Blanca.
Contrario a lo que se estaba planteando en los cómics de Estados Unidos en ese momento, con la construcción mesiánica de superhéroes individuales que tenían el poder de salvar a la humanidad, en el libro de Oesterheld y Solano-López no nos encontramos ante un héroe-sujeto, sino ante uno comunitario.
Y es justo eso lo que produce una identificación cercana con este texto: no tenemos ante nosotros un protagonista lejano y extraño que llega de otro planeta o forma parte de clanes secretos, sino que leemos a una persona normal con esposa, hija, que juega truco con sus amigos y que tiene un nombre común: Juan Salvo. Pero, no nos equivoquemos, que la historia siga a Salvo no significa que sea él un héroe; no siempre el protagonista se iguala con el héroe.
La particularidad de ‘El Eternauta’
En este caso el guionista ha producido un desplazamiento más: el héroe es “la comunidad”. Similar a algunos tratamientos argumentales de la obra de Tolkien, la unión comunitaria logra el protagonismo al enfrentarse a una fuerza inenarrable y poderosa pero única y monolítica.
Cada una de las personas que configura el círculo cercano de Juan Salvo cumple una función única y necesaria para que sea posible luchar en contra de una invasión extraterrestre que se inicia con la omnipotencia mortal de una nevada siniestra. Ya no solo está quien sabe de armas e incluso de estrategias militares, sino el historiador, quien piensa, quien le da un lugar efectivo al afecto y al amor, quien puede comprender al otro.
Nos encontramos así ante un grupo variado en el cual el más fuerte no es aquel que puede sobresalir, sino quien logra construir lazos más fuertes para que todos lleguen al mismo fin.
Además de esta propuesta de construcción comunitaria de la resistencia, El Eternauta tiene una característica que no es menor: la construcción del paisaje gráfico. En este libro tenemos la posibilidad de encontrar referencias espaciales específicas no solo de Capital Federal, sino de todo el Gran Buenos Aires; en medio de las páginas y la lucha alienígena aparecen lugares como el Monumental de River, la Avenida Las Heras, las Barracas de Belgrano o la Plaza Congreso.
Bajo la dictadura
La primera vez que lo leí, pude imaginar que los extraterrestres podrían estar en los cielos sudamericanos y no se empeñaron en destruir la torre Eiffel y la Casa Blanca. Pero esta ubicación no es gratuita. Ya antes Oesterheld se había interesado en que sus obras ocurrieran en suelo argentino para construir una visión personal y local de aquellos arquetipos propios de los cómics norteamericanos.
Personajes suyos, como el Sargento Kirk, pensaban el western desde las pampas argentinas; el El Eternauta es diferente. Habla en particular de la política argentina del momento, de las dictaduras y los militares, de los totalitarismos y de la represión. Y Oesterheld, en uno de sus actos de escritura más inteligentes, lo hace desde el desplazamiento metafórico del fantástico.
El Eternauta se convierte así en una obra atemporal, necesaria, absoluta. Un texto fundacional del pensamiento contemporáneo latinoamericano.
Como se sabe, la producción crítica del guionista llevó a que –lamentablemente- fuera uno de los desaparecidos por la dictadura en 1976. Pero esto no es todo lo que propone esta obra maestra de la gráfica. Pensando en las formas de la resistencia, Oesterheld no se queda en la historia doble en la cual es fácil identificar un lado bueno y uno malo; por el contrario, crea unos espacios extraños y difuminados donde se ponen en duda qué significa hacer parte de una sociedad en la cual los sujetos pasan a uno u otro lado de la historia.
Juan Salvo tiene el poder de la empatía, y en esa autoconstrucción subjetiva, se descubre a sí mismo, no solo en los ojos de sus amigos, de su esposa o de su hija, sino de sus supuestos enemigos. Al hacerlo, encuentra que muchos más de los que creemos estamos en las mismas condiciones de opresión y servidumbre.
La resistencia de ‘El Eternauta’
Es así como Salvo permite que haya un diálogo horizontal entre los civiles organizados y la policía, entre los humanos y algunos extraterrestres, entre humanos que se robotizan pero que no dejan del todo a un lado su humanidad.
Las capas narrativas y gráficas que construyen este asombroso libro, están llenas de significación y de lecturas que, partiendo desde su publicación original en los sesenta, llega hasta nuestros días de una manera más que precisa y apropiada para los momentos que vivimos en el continente. Una lectura obligatoria ahora que la nevada mortal parece caer sobre nuestros países en forma de nuevos totalitarismos fascistas.
El Eternauta se convierte así en una obra atemporal, necesaria, absoluta. Un texto fundacional del pensamiento contemporáneo latinoamericano. Una piedra basal para comprender cómo nos hemos convertido en resistencia, muchas veces incluso sin saberlo.
Escuchar los ecos de Juan Salvo que sigue siendo cantado y recordado por Daniel Melingo o por Santiago Motorizado, es escuchar las voces de todos los lectores que le decimos a Juan que regrese a casa, ese hogar que es el espacio en el cual todavía podemos resistir desde el amor y la comunidad.
Algunos datos sobre ‘El Eternauta’
- Es la primera novela gráfica en español y la más importante para el mundo hispanoamericano.
- Publicada originalmente en Argentina como una serie de 106 entregas desde 1957 a 1959, en la revista Hora Cero Semanal.
- La edición que circula en Colombia, de Editorial Planeta, está revisada y corregida. También se retocaron cincuenta ilustraciones sin alterar el espíritu original de la obra.
- Se espera que este año Netflix estrene una serie basada en la creación de Oesterheld.
* PhD en Literatura; Editor General de Ediciones Vestigio
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