Recordamos tres cosas: a la serie ‘Breaking Bad’, a un libro que la analiza (desmenuza) y a una columna de habla tanto de la producción como de la publicación.
‘Breaking Bad’ y el libro que es considerado una joya por fieles seguidores de la serie. Editado por Errata Naturae, en 2013.
*Rodrigo Fresán
Hace 15 años, un 20 de enero de 2008, se estrenó esta serie que disputa un lugar como la mejor de la historia, entre otras, con The Wire, Los Soprano o True Detective (I). Su devoción y éxito fue tal que generó otra maravilla (Better Call Saul, actualmente en Netflix), también malas copias y diferentes libros, uno de ellos es Breaking Bad: 530 gramos (de papel) para serieadictos no rehabilitados.
Sobre esta publicación, el argentino Rodrigo Fresán reseñó: «Al trazar la fina línea que separa al absoluto inocente del completo culpable, ‘Breaking Bad’ conecta con la mejor literatura de James Mc.Cain, David Goodis, o Jim Thompson».
El artículo fue publicado hace 10 años en el ABC y es vigente: la serie envejece bien y el libro, editado por Errata Naturae, es difícil de ubicar en librerías, mucho más si están en Latinoamérica (en internet aparece con la advertencia de agotado). Su último episodio, tras cinco temporadas, fue el 29 de septiembre de 2013.
El libro, editado tras el final de la serie, aborda el programa desde diferentes ángulos, como Breaking Bad y las verdaderas fronteras de la vida, Breaking Bad y la química del poder, Breaking Bad y el Doctor Jekyll, Breaking Bad y Mr. Hyde, Breaking Bad y un irrepetible color azul, Breaking Bad y la cocina fusión de la ética, Breaking Bad y el día a día del rodaje de Breaking Bad. Uno los textos es del escritor español Enrique Vila-Matas sobre el famoso capítulo de la mosca.
Ahora que recién cumplió 15 años la historia de Walter White, ‘Heisenberg’, retomamos aquel texto de Rodrigo Fresán, seriéfilo y novelista, autor de Historia argentina, Vidas de santos, Trabajos manuales, Esperanto, La velocidad de las cosas, Mantra, Jardines de Kensington y El fondo del cielo.
La columna sobre ‘Breaking Bad’ y el libro
Esta es la columna….
«Hay un cada vez más amplio consenso en que los cuatro punto cardinales de esta nueva edad dorada de la televisión en inglés son, por orden de emisión, Los Soprano, The Wire, Mad Men y Breaking Bad (yo añadiría aquí la nunca recordada pero inolvidable A dos metros bajo tierra).
Pero volvamos a lo más alto y veremos que Los Soprano es una sitcom familiar donde se realiza la fantasía de matar a más de un pariente insoportable; The Wire, un obsesivo y pausado procedural; Mad Men, una apología del «homo profesional» por encima de todo; y (de ahí que para muchos haya superado a todas las anteriores) Breaking Bad, una sitcom familiar noir combinada con obsesivo modus operandi y fundida con un canto al dedicado trabajador a la captura del Sueño Norteamericano.
Jesse Pinkman y Walter White, los personajes principales.
Lo mejor del volumen, la entrevista a Vince Gilligan, creador del ‘monstruo’ A todo esto, Breaking Bad añade un par de toques personales que la hacen aún más atractiva e irresistible. La cadencia siempre eficaz de la buddy-story (con el joven aprendiz Jesse Pinkman como contraparte casi de dúo tragicómico) y lo más importante: la doble personalidad del en principio afable y desafortunado Walter White dejándose poseer por El Heisenberg o su lado oscuro, oscurísimo, más oscuro todavía.
Síndrome de abstinencia
Ahí reside lo mejor del asunto, que conecta con la mejor literatura de James M. Cain, David Goodis , Horace McCoy y Jim Thompson. Es decir: lo fácil que resulta cruzar la fina línea que separa a un absoluto inocente de un completo culpable. Y el modo en que seres amorales secundarios pero de primerísimo nivel no pueden sino rendirse ante la evidencia de que no es que ese hombre se haya convertido en una bestia, sino que esa bestia pasó demasiado tiempo disfrazada de hombre . Y que –el tiempo apremia– hay que recuperar todos esos años perdidos. No se trata aquí del hombre y la bestia, sino de la bestia y el hombre. Alguien de apellido White, pero profundamente «noir», que de pronto descubre que es buenísimo siendo malísimo. Y que le gusta ser así.
«Creo que el universo de »Breaking Bad’ está poblado de personas que desearían que existiera una fuerza moral activa, que hubiera una mano que guiara sus actos».
White te clava los ojos y no parpadea ni baja la mirada. Este volumen de Errata Naturae vuelve a reunir diversos puntos de vista y de telespectador con prácticas teorías de fans felices enganchados a esa droga de inimitable color azul y las de quienes se preparan para aullar los blues del síndrome de abstinencia por algo que dejó de emitirse y traficarse hace una semana en Estados Unidos, rompiendo índices de audiencia y provocando subidones de éxtasis entre los críticos con, por fin, un grandísimo final (para que aprenda J. J. Lost Abrams) superando toda expectativa.
Un fajo de dólares
Como cabía esperar, lo mejor del libro se encuentra en la entrevista a Vince Gilligan, creador del ‘monstruo’. Allí dice: «Creo que el universo de »Breaking Bad’ está poblado de personas que desearían que existiera una fuerza moral activa, que hubiera una mano que guiara sus actos».
Recuerda mi nombre es el eslogan de la quinta y última temporada Pero no. Y esa es la cuestión: Dios no existe o está distraído en su Cielo mirando para otro lado o, a la hora de la verdad, nadie desea una intervención divina cuando está firmando sin cesar pactos con el Diablo en ese Infierno que es la Tierra.
Por otra parte, aquí, Walter ‘El Heisenberg’ White – humano, omnipresente, cocinando en su caldero y siempre con un fajo de dólares a mano– te clava los ojos y no parpadea ni baja la mirada. Tampoco perdona aunque se lo pidas de rodillas.
Recuerda mi nombre es el eslogan de la quinta y última temporada de Breaking Bad.
Ni que decir tiene: no solo jamás lo olvidaremos, sino que –para todos nosotros, el consuelo de este libro– ya estamos echándolo de menos».
* Escritor argentino. Columna publicada en el ABC de España, el 8 de octubre de 2013.
Pingback: La revolución de Merlina sacude a Netflix