Mofarse de los ricos es consuelo para los pobres

‘El triángulo de la tristeza’ es una comedia sueca candidata al Oscar, tan ácida que muy pocos la digieren bien.  Ruben Östlund es su director.

El triángulo de la tristeza
Nominada al Óscar por mejor película, guion original y dirección.

* Pol Morales  

Es curioso que la película no se haya promocionado con una frase del tipo “Si te gustó ‘The White Lotus’, te encantará ‘El triángulo de la tristeza’”. Y es que parece que mofarse de los ricos se ha convertido en el lúdico consuelo de los pobres. No hay nada como poner en duda su inteligencia, cuestionar sus valores y ponerlos en ridículo para sentirnos mejor a la salida del cine y acabar pensando que tampoco se está tan mal despertándose a las 6:30 de la mañana para levantar el país de una forma más íntegra y digna. 

Pero ojo, porque Ruben Östlund no se conforma y tiene dardos para todos. Como insiste en transmitir a lo largo de la cinta, todos somos iguales y, por tanto, susceptibles de caer en todo aquello que nos resulta tan ajeno desde la butaca del cine.

 Una de las primeras escenas de la película es buen ejemplo de ello. Un joven modelo comienza a cuestionar sin pelos en la lengua la actitud tan poco feminista de su novia influencer, siempre dispuesta a que sea él quien pague la cuenta del restaurante. Ya solo la escena de una pareja sin intercambiar diálogo en la mesa de al lado podría resultarnos familiar. 

Pero la cuestión monetaria, que se va volviendo cada vez más violenta, también podría ser motivo de disputa en toda relación. Cada cual a su escala, todos somos esclavos de esa parcela de poder que nos confiere el dinero.

El yate de ‘El triángulo de la tristeza’

En todo caso, dado que la frivolidad parece acrecentarse con el tamaño de los bolsillos, es lógico que la diana de El triángulo de la tristeza se centre en los más pudientes. Es en el segundo acto de la película, ambientada en un yate de lujo, donde suceden las situaciones más dantescas y despiadadas, como esa ricachona rusa que encuentra la diversión en forma de altruismo desalmado. 

Woody Harrelson
Woody Harrelson

Tampoco la tripulación se queda corta, nuevamente cegada por el “¡dinero, dinero, dinero!”. Pero son las imágenes de vómitos y diarreas ya previamente explotadas por la promoción del filme las que nos conducen al delirio, desternillándonos sin complejos de algo tan parecido al “caca, culo, pedo, pis”.

Pero son las imágenes de vómitos y diarreas ya previamente explotadas por la promoción del filme las que nos conducen al delirio

Lo más interesante de El triángulo de la tristeza probablemente recaiga en su capacidad para crear imaginario colectivo. Contiene gags y bromas recurrentes que lograrán superar el paso del tiempo, como ese In den wolken que despierta enormes carcajadas o mi escena de humor favorita de la película, que llega en forma de granada de mano.

Pero llegamos al final del filme, desembarcamos en una isla, y llegamos a su parte menos esplendorosa. A pesar de que la trama da un giro, gracias a un personaje absolutamente brillante, el guion se encalla un pelín con el alargamiento innecesario y la reiteración. Suerte que lo que parece un bajonazo desemboca de repente en un desenlace brillante, de esos que también permanecerán en la retina de los espectadores. Un final abierto, con pie a diversas interpretaciones, pero que recalca uno de los principales mensajes del filme: el poder, en cualquiera de sus facetas, engancha y corrompe.

Escena de El triángulo de la tristeza
Una de las escenas de la película

¿Opciones al premio Óscar?

Ninguna. A juzgar por las predicciones, entre Everything Everywhere All at OnceThe Banshees of Inisherin estará la probable ganadora de la estatuilla más deseada del cine, la de mejor película. El triángulo de la tristeza no aparece dentro de los gustos de quienes hacen este tipo de conjeturas.  En cuanto a sus otras dos candidaturas, parece que tampoco tiene mucha opción. Su director, Ruben Östlund, figura como opcionado, pero seguramente no tendrá mucho que hacer frente  Daniel Kwan y Daniel Scheinert (Everything Everywhere All at Once), los grandes favoritos para ese premio.

También está nominada en la categoría de mejor guion original,  escrito por Östlund, pero acá también los Daniels (Daniel Kwan y Daniel Scheinert), de Everything Everywhere All at Once, son señalados como los seguros ganadores.  Todo se despejará el próximo domingo 12 de marzo.

* Periodista. Este artículo pertenece a su blog, La pantalla

 

 

 

 

 

 

 

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