Mapas ‘Entre líneas’ y mucha historia reúne el trabajo de un grupo de investigadores que proponen una nueva forma de revisitar los estudios de la cartografía nacional. Un libro disponible en la FILBo 2023.
* Melissa Andrea Betancour León
La cartografía, desde sus inicios, contó con un componente que iba más allá de la descripción geográfica. Los mapas de mar recorridos por exploradores portugueses y españoles, las tierras caminadas por los descubridores y las constelaciones observadas por astrónomos conforman los pilares de la narrativa que, hoy en día, define a los mapas como un retrato de una época. Los mapas demarcan órdenes políticos, hablan de relaciones culturales y se transforman en una celebración de un contexto histórico.
Justamente desde esa premisa, Entre líneas: una historia de Colombia en mapas, cuenta el pasado del país a través de sus representaciones cartográficas. El proyecto otorga una perspectiva visual de la historia de Colombia al mismo tiempo que combina los trazos que lo conforman con la narración de su historiografía. El libro fue creado por 24 autores de diferentes disciplinas, desde topografía, economía, arquitectura, geografía y sociología, lo que brinda una visión polifacética del país a través de los diferentes mapas presentados.
La razón
La idea de hacer el libro surgió hace mucho tiempo, alrededor de 2013 o 2014, cuando varios de los autores, entre ellos Santiago Muñoz, historiador y coautor de la obra, pensaron que sería muy interesante contar la historia de Colombia a partir de mapas. Antes de la publicación de Entre líneas, no había una obra en el país que recopilara la historia de forma gráfica y que involucrara activamente la construcción del territorio.
El proyecto surge de una red de investigación centrada en la historia de la cartografía nacional llamada Razón Cartográfica. Este trabajo exhaustivo recopila datos a través del estudio de mapas desde el siglo XVI hasta el siglo XVIII, fomentando el diálogo entre estudiantes, entidades y profesionales para estimular el pensamiento crítico en torno a la historia y geografía del territorio nacional.
La participación de diversos investigadores en Razón Cartográfica abrió la puerta al planteamiento de una obra colaborativa que reuniera a un grupo variado de estudiosos de los mapas. El resultado final fue un texto polifónico que capturó la atención de Editorial Crítica, perteneciente al Grupo Planeta, y de la Universidad de Los Andes.
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El libro fue coeditado para crear una obra ilustrada y accesible que presente el discurso académico de forma comprensible para el público no especializado. Según Muñoz, se tuvo en cuenta a profesores, estudiantes y público en general, con el objetivo de fomentar la reflexión sobre la historia y las capas del pasado en el territorio.
Identidad
Sin embargo, el libro también plantea una pregunta importante. En la sociedad actual, donde el uso de la tecnología ha desnaturalizado nuestra relación con los mapas, ¿cómo podemos reconstruir nuestra identidad nacional a partir de una relectura del espacio?
Según Muñoz, «Utilizamos mapas de Google Maps o Google Earth para orientarnos, pero rara vez pensamos en cómo fueron creados, en la forma en que nos invitan a leer el espacio y en las estructuras de poder implícitas en ellos».
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Por lo tanto, el libro también es una invitación a repensar nuestras nociones sobre la cartografía actual y cómo la interpretamos, ya que «al mirar los mapas del pasado, tratamos de entender cómo también contribuyeron a la creación de nuestra sociedad».
El mapa se convierte en una celebración de los procesos históricos, en un vestigio de la narración histórica de la nación y se convierte en un testigo del orden político. Los mapas evolucionan y se reafirman como entidades vivas que resignifican las experiencias de una comunidad. Las protestas de 2021 son un ejemplo reciente de ello: la silueta del país se convirtió en un símbolo para manifestantes y oponentes en pancartas, dibujos y mensajes sociopolíticos. La cartografía adquiere fuerza como lugar de definición identitaria y de valores colectivos.
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En este caso, los mapas nos llevan a una dimensión distinta de la historia en comparación con el uso que les damos en Google Maps o Google Earth, y nos hacen reflexionar sobre cómo nos concebimos como sociedad. Los mapas se convierten en espejos de una comunidad y son asimilados como artefactos culturales.
Los mapas entre líneas
La percepción dinámica de la cartografía refleja una concepción múltiple de la historia. Esta última es un agente que facilita el reconocimiento del país y sufre procesos complejos ligados a la política, sin dejar de lado su carácter instrumental.
Muñoz afirma que los mapas tienen significado y que los usamos para expresar cómo vemos el mundo, cómo nuestra sociedad se ha establecido en el espacio y lo transforma para llevar a cabo su proyecto territorial.
*Literata de la Universidad de los Andes
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