“A Mussolini no le gustaba el ciclismo porque le parecía un deporte muy poco viril, muy poco fascista”: Marcos Pereda

Marcos Pereda, periodista español, afirma que todas las grandes carreras contienen historia, política y cultura. Es uno de los autores más prolíficos de ciclismo en la actualidad.

Marcos Pereda. Foto cortesía: Libros de ruta

José Ángel Báez A. *

Ya suma varias publicaciones sobre ciclismo, como Periquismo: crónica de una pasión (2017), Una pulga en la montaña (2018), Bucle (2020) y Un escarabajo en bicicleta (2021), dedicado al ciclismo colombiano.

Además, tiene un libro de relatos: Cuentos del bar de la medianoche. Y es colaborador permanente de medios como Ctxt, Jot Down, Rouleur y Público.

El año pasado, Marcos Pereda reeditó y amplió (nueve capítulos nuevos) Arriva Italia. Gloria y Miseria de la Nación que soñó ciclismo (2015), un libro que repasa la vida y obra de tres figuras del ciclismo de ese país: Fausto Coppi, Gino Bartali y Fiorenzo Magni.

Con ellos pudo contar lo que es una Nación y lo que significa identidad alrededor del ciclismo. LA RUEDA SUELTA lo buscó para hablar de esta obra y también de la versión del Giro de Italia que recién concluyó.

LA RUEDA SUELTA: ¿Por qué decidió reeditar su libro? 

Marcos Pereda: El libro llevaba mucho tiempo agotado, y siempre nos preguntaban dónde se podía conseguir. No era algo muy numeroso, pero existía ese interés. Y pensamos que podía ser interesante hacerlo de forma “distinta”.

LA RUEDA SUELTA: ¿Por qué su afirmación de que Italia logra su identidad gracias al Giro? 

M.P.: Cuando el Giro se crea en 1909 Italia no tiene ni medio siglo de antigüedad. La idea simbólica de abrazar un país en bicicleta fue muy importante para crear ese sentimiento de hermandad en una nación nueva.

Bartali y Coppi, la rivalidad de rivalidades en el ciclismo

LA RUEDA SUELTA: El periodista Ander Izagirre cuenta que cuando comenzó el Giro, el país estaba dividido entre el sur y el norte, escaseaban las carreteras. Y esto hizo que la épica creciera…

M.P.: Es cierto… aun hoy en día existen enormes diferencias de todo tipo entre el norte y el sur de Italia. Y las infraestructuras no son las mejores…

Me sigue chocando que los deportistas no puedan expresar libremente sus opciones políticas sin ser criticados: Marcos Pereda

LA RUEDA SUELTA: ¿El Giro es algo más que ciclismo? ¿es también historia, política y cultura?

M.P.: Todas las pruebas, al menos las importantes, lo son. Sobre el Giro han escrito los mejores literatos italianos del siglo XX. Los mejores. También cineastas, periodistas, incluso filósofos. Y el mismo Giro ha gustado de explotar el pasado “glorioso” de Italia, potenciando la historia del país (usando monumentos romanos, renacentistas, etcétera) y generando una mitología propia en la misma prueba que se recuerda cada año. Pasado y presente se funden en el Giro más que en ningún otro lugar ciclista.

LA RUEDA SUELTA: Obviamente, el Tour es complejo y lleno de leyendas. Pero a veces pareciera que el Giro lo supera en epopeya, en complejidad, en drama. ¿Es una percepción errada?

M.P.: Precisamente por lo anterior, esa sensación es cierta. El mismo Giro ha gustado de potenciar su pasado para explotarlo en el presente.

LA RUEDA SUELTA: Y, supongo, tiene que ver mucho con sus protagonistas, como Fausto Coppi, Gino Bartali y Fiorenzo Magni. ¿Por qué selecciona a estos tres personajes en su libro?

M.P.: Me servían para hablar de tres partes de la sociedad italiana en aquellos años. Bartali era el cristiano de derechas, aunque no fascista (y perseguido por el fascio). Magni era el fascista, el tipo que tenía las manos manchadas de sangre. Y Coppi era querido por las izquierdas, aunque nunca hizo declaraciones demasiado políticas… el enfrentamiento con Bartali lo situaba en ese espectro ideológico

LA RUEDA SUELTA: Si no hubiese sido por la Segunda Guerra Mundial, Bartali y Coppi hubiesen sido los mejores de la historia, tal vez los más ganadores. ¿está de acuerdo con esa afirmación?

M.P.: Nunca se sabe. Desde luego es complicado pensar en que no hubieran ganado, al menos, todos los Giros de esos años. Y fueron cinco. Coppi acabó su carrera con cinco, Bartali con tres. Se hubieran ido a números enormes. En Francia algo parecido, con la prevención de que el Tour siempre era más difícil…

 LA RUEDA SUELTA: Miremos: ¿Qué tan real es la historia de Bartali salvando 800 judíos?

M.P.: Hasta donde yo sé, completamente real. De hecho ha sido condecorado tras su muerte por ella.

Para leer en LA RUEDA SUELTA: Gino Bartali, el campeón que salvó 800 judíos

LA RUEDA SUELTA: Magni: acusado de trampa y señalado de fascista. Además, ganó tres Giros. ¿Por qué este señor no está varios pedestales más arriba, su historia es impresionante?

M.P.: Por aspectos éticos y estéticos. Éticamente es difícilmente defendible, y representa todo lo malo de una Italia que los italianos quieren olvidar. En lo estético… se enfrentaba a dos dioses, y era un simple mortal. Imposible. Además, ganaba con la calculadora, sin grandeza, e incluso era menos elegante que Coppi y Bartali. Sobre la bici y al bajarse de ella.

Fiorenzo Magni

LA RUEDA SUELTA: Coppi: dicen, además de un monstruo de la bicicleta, un galán y que murió envenenado (se dice lo mismo de Pantani). Igual, parece el más tranquilo de los tres ¿Es así?

M.P.: El más melancólico. Tranquilo… su vida fue un dislate continuo desde 1954, así que no lo definiría así.

LA RUEDA SUELTA: Y Mussolini decía que el ciclismo era cosa de afeminados…

M.P.: A él no le gustaba el ciclismo porque le pareció un deporte muy poco viril, muy poco fascista; el fascismo miraba otros deportes más orientados hacia la violencia y la pura exhibición física.

LA RUEDA SUELTA: ¿Cómo cuáles?

M.P.: Le gustaba el automovilismo por la velocidad y la evolución mecánica; al fascismo le gustaba el atletismo, por la superación física, y el boxeo, por esa sublimación de la violencia. Y luego, además, le gustaba y potenció mucho el fútbol, porque era una forma muy sencilla de destacar a nivel mundial.

LA RUEDA SUELTA: El ciclismo no lo era…

 M.P.: El ciclismo es un deporte muy complicado de controlar por parte del poder, 200 personas en un solo grupo, y porque no todos piensan lo mismo. Entonces, creo que era incómodo para Mussolini.

LA RUEDA SUELTA: Usted escribió sobre el ciclismo colombiano. ¿Qué similitudes encuentra con el italiano?

M.P.: La idea de una vuelta que abrace a todo el país, que sirva como educación geográfica y como idea de concordia. Ahí coinciden Italia y Colombia, el Giro y la Vuelta.

LA RUEDA SUELTA: Estamos elecciones en Colombia, y Egan Bernal y Nairo Quintana publicaron por quién votarían. Casi nunca un ciclista colombiano había dicho abiertamente por quién. ¿Lo sorprende?

M.P: Me sorprende que sorprenda. Me apena un poco, también. Más allá del apoyo por uno u otro candidato (no soy yo quién para afear eso) me sigue chocando que los deportistas no puedan expresar libremente sus opciones políticas sin ser criticados. De igual forma te digo que la influencia del deportista es, como ciudadano, expresar esa elección sin más… entrar en disquisiciones más profundas suele salir mal, porque es complicado caer en los detalles, y la linde entre el análisis superficial y lo ridículo es muy fina…

LA RUEDA SUELTA: ¿Que no sabía y que lo haya sorprendido cuando escribió su libro, Un escarabajo en bicicleta?

M.P: La historia de Giovanni Jiménez, que es muy desconocido, me temo que incluso en Colombia. A mí me resulta alucinante.

El Giro que acabó fue bastante aburrido, la verdad: Marcos Pereda.

LA RUEDA SUELTA: ¿Por qué lo sorprende?

M.P.: Me sorprende porque es la historia de un pionero inesperado, por así decirlo. Cochise cuando fue a Europa era ya el indiscutible rey del ciclismo en Colombia y en toda Latinoamérica y, además, fue a un equipo grande. Giovanni Jiménez es más un emigrante. Sin más que trabajar, aprovecha para para andar en bici y lo hace tan bien que se hace profesional, después de aterrizar en un sitio poco ciclístico como Hamburgo. Luego, llega a Bélgica para convertirse profesional y se destaca en las clásicas, muy extraño para los colombianos.

Benito Mussolini, líder del fascismo en italia

 LA RUEDA SUELTA: Le gusta más ese ciclismo colombiano de los años 80 (Herrera-Parra) o el de este siglo?

M.P.: Yo para esto soy un nostálgico. Pero es que en aquel entonces yo era un niño, y me gustan más mis años de niño que los de ahora. El ciclismo colombiano también era un niño (al menos en Europa) y tenía ese comportamiento despreocupado e inocente que tanto se echa de menos ahora…

LA RUEDA SUELTA: Cree que algún colombiano pueda ganar (o pelear) el Tour pronto, con los eslovenos tan superiores?

 M.P.: Creo que a pleno rendimiento Bernal podría hacerlo. Su rendimiento culmen pienso que es inferior al de los eslovenos, aunque no con el diferencial suficiente como para no estar a tiro de piedra de, no sé, una jugada táctica, por ejemplo. En condiciones normales es, con bastante diferencia, el tercero en discordia. Ahora, no me atrevo a decir cómo se recuperará de su caída…

LA RUEDA SUELTA: ¿Fue un buen Giro este que recién acabó, hay gente que afirma que solo hubo 9 minutos de carrera, los metros finales de La marmolada en la penúltima etapa?

M.P.: Fue bastante aburrido, la verdad. Y, al menos por sensaciones, resultó una carrera atléticamente de bajo nivel. Eso no quita méritos a los contendientes, ojo, cada cual corre la prueba que le toca…

LA RUEDA SUELTA: ¿Le sorprendió la derrota de Carapaz, el triunfo de Hindley y la aparición de una nueva fuerza llamada Bora?

M.P.: Sí, bastante. Carapaz era mi favorito a priori, porque es un ciclista regular, que nunca falla y tiene ramalazos de brillantez (esporádicos, pero existentes). Un segundo es buen puesto, con todo. A Hindley no me lo esperaba, sinceramente pensé que no volvería a asomar la cabeza tras el Giro 2020. Tengo interés por ver en qué se convierte… ciclista de una sola prueba (Giro), cazaetapas en otros sitios… curiosidad.

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