En 1518, en Estrasburgo (Francia), se propagó la ‘plaga del baile’, que hizo que la gente danzara por días, sin parar, hasta morir. Un hecho enigmático que en tiempos del Covid 19 es recordado en un cortometraje. LA RUEDA SUELTA habló con su director, Jonathan Glazer.
En Filmaffinity, la página dedicada al cine, existen registradas 148 producciones que hablan del Coronavirus. ‘Strasbourg 1518’ es de las mejor calificadas. Foto: archivo particular.
Dicen los relatos que la mujer no paraba de bailar, que comenzó en julio de 1518 y que otras personas se sumaron a ella durante días. Y ninguna paraba de moverse, pedían ayuda, los socorrían en vano; poco a poco algunas cayeron muertas, por infarto, por derrames cerebrales o, simplemente, por cansancio.
Los rostros de quienes danzaban reflejaban terror y que el peor de todos era el de aquella mujer, la que empezó todo, la poseída, la que terminó en un convento de monjas en la cordillera de los Vosgos. Ella se llamaba Frau Troffea.
Algunos historiadores aseguran que el baile concluyó en septiembre y que unos 400 habitantes de Estrasburgo (Francia) sucumbieron ante el frenesí, el número de muertos nunca fue precisado. Nadie entendía qué ocurría.
“Esta película también podría llamarse Reino Unido 2020 o El mundo 2020. Habló de lo que se siente en el encierro…”.
Las autoridades aplicaron diferentes fórmulas, todas infructuosas, como acompañar el trance con músicos para darles alivio a los que danzaban o, cuando la gente empezó a morir, rezar con mucho vigor. La llamaron ‘la plaga del baile’.
Son muchas las representaciones que existen de la epidemia de 1518. Aquí, una de ellas. Foto: Wikimedia.
Podían dejar de menearse por el cansancio, los podían sostener y aún así en cualquier momento volvían y circulaban. Y todo terminó como inició: en medio de un gran misterio, de repente, ya nadie más bailó.
Otra versión, no menos enigmática, dice que los afectados fueron cargados y llevados a templos religiosos para su curación.
Aquellos eran tiempos medievales y surgieron teorías de todo tipo para explicar lo que sucedía, como intoxicación masiva por un hongo, o que los involucrados eran de alguna secta y practicaron así alguna oscura ceremonia.
El trailer de Strasbourg 1518, que se emite en Mubi
Las dos suposiciones fueron derrotadas: sobre la primera se argumentó que los movimientos no eran bruscos, sin convulsiones, por lo que en la sangre de las víctimas no obró ninguna trufa.
“Y todo terminó como inició: en medio de un gran misterio, de repente, ya nadie más bailó”.
Sobre la segunda: los mirones y los que intentaron ayudar a los afligidos, atestiguaron que estos sí pedían ayuda y que sus movimientos de baile eran incontrolables e involuntarios.
En 2008, el historiador John Waller publicó Tiempo de danzar: tiempo de morir y entregó otra hipótesis, que reforzó en un artículo de la BBC, en enero de 2018: “los bailarines estaban en trance, eran tiempos de hambrunas, sufrían una angustia psicológica extrema y creían en la posibilidad de una posesión espiritual”.
Y agregó que eran personas que creían en San Vito, que en el año 303, cuando era un niño, fue martirizado en una caldera llena de aceite, donde se movía como si estuviera bailando. La convicción en Estrasburgo era que él tenía el poder de controlar sus mentes e infligir un baile terrible y compulsivo.
Waller concluía que la epidemia “fue el resultado de la desesperación y el temor piadoso”.
En la actualidad
Bailarinas como Kaori Ito y Ditta Miranda participaron del cortometraje. Foto: archivo particular.
En Londres, en un día que no precisa de 2019, Jonathan Glazer entró a una librería que estaba a punto de cerrar.
El director de Under the Skin (2013) y de varios videos de Massive Attack, Radiohead o Jamiroquai, notó que las estanterías, excluyendo las de los libros de cocina, estaban casi vacías, pero en un rincón había un ejemplar sobre una extraña epidemia que alguna vez se manifestó en forma de baile. Lo compró.
A los pocos meses, llegó el Covid-19 y, en medio del encierro, habló de aquel libro con una amiga, la compositora Mica Levi. Días después se preguntaron, “¿por qué no?”.
“Los bailarines estaban en trance, eran tiempos de hambrunas, sufrían una angustia psicológica extrema y creían en la posibilidad de una posesión espiritual”.
Glazer recuerda: “los pájaros trinaban, los cielos eran azules, no había tráfico, pero la pandemia por el Coronavirus era furiosa. Sentimos que había que hacer algo al respecto”.
Jonathan Glazer, director del cortometraje y de películas como ‘Under the Skin’. Foto: archivo particular.
Y en cierta forma evocaron la frase de la coreógrafa alemana Pina Bausch, pionera de la danza contemporánea: “Bailemos, bailemos, o estaremos perdidos”…
Así nació el cortometraje Strasbourg 1518, que produjo durante la cuarentena de 2020. Y que comienza con una pregunta: “¿Cómo estás del 1 al 10?”.
Dura nueve minutos y muestra a nueve personas encerradas en espacios minimalistas, bailan con furia, algunas entre gimoteos.
Una de ellas, una mujer, busca casi siempre un cántaro donde lava sus manos y la cara. Casi todas caen con rabia, pero se levantan, parecen estar en países distintos.
El realizador le dice a LA RUEDA SUELTA que filmaron en junio de 2020. Todo se coordinó vía zoom; lo necesario para grabar fue enviado a cada bailarín, trípodes, teléfonos y la música penetrante compuesta por Mica.
“Es una obra de muchos autores, pero destaco lo que hicieron los danzarines y nuestros técnicos. Todo fue extraño y maravilloso”, afirma Glazer, creador también de Reencarnación (2004) y Sexy Beast (2000).
Glazer ha dirigido videos de grupos como Radiohead, Jamiroquai y Massive Attack, como este de la canción ‘Live with Me’
Estas producciones, junto a Under the Skin, lo han etiquetado como director de culto; sus obras suelen ser estremecedoras, visualmente sobrecogedoras e inquietantes.
“Los pájaros trinaban, los cielos eran azules, no había tráfico, pero la pandemia por el coronavirus era furiosa. Sentimos que había que hacer algo al respecto”.
El 20 de julio de 2020, Peter Bradshaw, uno de los más respetados críticos de cine, escribió en The Guardian: “Esta película también podría llamarse Reino Unido 2020 o El mundo 2020. Habló de lo que se siente en el encierro, la danza como síntoma y cura, deterioro y terapia, constricción y libertad. Mucha gente se ha ejercitado así en la cuarentena: de manera desesperada y ambigua”.
Los nombres que sugiere el analista coinciden con la conclusión de Glazer sobre su cortometraje (disponible en Mubi): “reafirma lo que ya sabemos, que la gente es igual ahora que entonces (1518). Y siempre lo será. Somos incontenibles”.
Strasbourg 1518 es opresivo, agobiante y celebra al baile como arte; un vástago del Covid 19 que parece un preludio de muerte, también un vendaval de vida.
- Periodista y editor. En Twitter: @joseangelbaez