“Si la extrema derecha está en el poder, la destrucción del clima se acelerará espantosamente”

El sueco Andreas Malm, «uno de los pensadores más originales sobre el cambio climático”, escribió el año pasado ‘El murciélago y el capital’, un libro sobre cómo el hombre originó la pandemia del Covid y no un murciélago. LA RUEDA SUELTA habló con él.

Andreas Malm, de 43 años, nació en Mölndal, Suecia. Crédito: Rainer Christian Kurzeder

José Ángel Báez A. * 

Se autodefine como un marxista ecológico y en Europa, además de su trabajo académico y de sus diversos libros, es reconocido por hacer parte de Klimax, un grupo de desobediencia civil que, entre otras, detiene el tráfico y saca pancartas pidiendo concientización sobre la crisis del cambio climático.

El año pasado publicó El murciélago y el capital, editado por Errata Naturae, donde asegura que los responsables de la aparición del Covid son el hombre y la acción depredadora del capitalismo, que acelera la deforestación, el tráfico de fauna silvestre, la minería ilegal y el calentamiento global.

Andreas Malm, de 44 años, completa así siete libros, la mayoría sobre cambio climático y ecología humana. De todo esto y más habló con LA RUEDA SUELTA.

LA RUEDA SUELTA: ¿Tiene un murciélago la culpa de los casi 2 millones de muertos que deja, por ahora, el Covid-19 en el mundo?

ANDREAS MALM: ¡No! Los murciélagos no son responsables de esta pandemia. Como otros coronavirus, el Covid-19 circuló naturalmente entre los murciélagos, muy probablemente dentro de la especie murciélago de herradura, en la China. Ellos son los huéspedes de los coronavirus, pero no son más responsables de propagarlos de lo que lo fue la luna en el aterrizaje lunar.

LA RUEDA SUELTA: Entonces, ¿no existe un responsable?

A.M.: Los seres humanos han causado estragos en los hábitats de los murciélagos y puesto sus economías en contacto con ellos, no al revés (los murciélagos no han desarrollado el capitalismo y destruido sus propios hogares, y mucho menos los hogares de los seres humanos). Así que es un grave error descargar nuestra ira contra los murciélagos, como hacen algunos. Ellos no crearon el sistema económico que devasta la naturaleza y que envía patógenos por todo el mundo.

LA RUEDA SUELTA: ¿Por qué el hombre, y su desarrollo de la ciencia y la tecnología, no estaba preparado para esta pandemia, no pudo evitar tanta muerte?

A.M.: Desde la ciencia hubo advertencias de las enfermedades zoonóticas durante mucho tiempo: se esperaba algo como esto (y volverá a suceder, y la próxima pandemia podría ser peor). Pero los causantes del problema son los que acumulan el capital mundial: deforestación en los trópicos, cadenas de suministro que acaban con los bosques y los reemplazan con plantaciones y pastos, y el comercio de vida silvestre. No hubo voluntad de abordar estos problemas.

LA RUEDA SUELTA: ¿Ya la hay?

A.M.: ¡Y todavía no la hay! La deforestación no se ha ralentizado incluso ahora, a pesar de la lección que la humanidad debe aprender del Covid-19. Las advertencias científicas no fueron suficientes para despertar a los estados sobre el peligro y, al parecer, tampoco lo será una pandemia mortal como esta.

«No hay forma de que el capitalismo muera naturalmente a causa del Covid-19». Andreas Malm

LA RUEDA SUELTA: ¿No cree que la cercanía entre la vida silvestre y el hombre es inevitable? ¿Cómo atajarla?

A.M.: No es inevitable que las selvas tropicales sean derribadas sistemáticamente, desde Brasil hasta Indonesia. No hay nada de natural en eso. Irónicamente, Brasil ofreció una de las lecciones más claras sobre cómo detener la deforestación y dejar las selvas tropicales en algo de paz: durante el gobierno temprano de Lula da Silva, el estado aplicó una serie de medidas (monitoreo extenso, conservar reservas, castigo a los madereros ilegales) que casi pusieron fin a la deforestación e instituyeron la protección de la Amazonía, durante un tiempo. Medidas como esas serían un buen comienzo.

LA RUEDA SUELTA: Pero hubo cambio de gobierno…

A.M.: Infortunadamente, ahora vemos exactamente lo contrario, en Brasil, en particular, pero también en, por ejemplo, Indonesia: los gobiernos eliminan todas las regulaciones y les dan a los madereros libertad en las selvas tropicales. Es una cuestión de lucha política

A inicios de febrero, la cantidad total de casos de Covid, a nivel mundial, era de 106 millones. Crédito: Wikimedia Commons.

LA RUEDA SUELTA: Muchos han querido llevar el debate del Covid -19 a diferentes ámbitos, político, social, económico, científico y medioambiental…

A.M.: Bueno, el problema obviamente afecta a la mayoría de las áreas de la existencia humana. Pero lo que quiero señalar es que si no prestamos atención a las dimensiones medioambientales del Covid-19, nos condenamos a más pandemias de este tipo. Porque la enfermedad es causada por relaciones ecológicas y, si queremos ir a la raíz del problema, ahí es donde debemos enfocar nuestra atención.

LA RUEDA SUELTA: Antes del Covid-19, algunos jefes de estado veían el cambio climático muy superficialmente. ¿Cree que la pandemia los hará cambiar?

A.M.: El resultado inmediato del Covid-19 fue, desafortunadamente, que el tema del clima fue casi olvidado, tanto por los estados como por la sociedad civil. Todos se concentraron en la pandemia. Muy pocos hicieron conexiones entre los dos problemas. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) se pospuso: 2020 fue en gran medida un desastre para la política climática (con algunas excepciones notables, en particular, la derrota de Donald Trump en las elecciones presidenciales de EE. UU.).

LA RUEDA SUELTA: ¿Así las cosas, los grandes estados qué papel debe jugar?

A.M.: Tampoco se han cumplido hasta ahora las esperanzas de una “recuperación verde”. Países como Estados Unidos, Reino Unido, Alemania y Francia han invertido en combustibles fósiles e industrias asociadas para estimular sus economías. Veremos si Joe Biden lleva a Estados Unidos por otro camino. Pero para que la pandemia induzca a los estados a adoptar otro enfoque de la crisis climática, creo que debería haber movimientos que luchen por esto, una lucha seria contra el colapso climático.

LA RUEDA SUELTA: O sea, si bien se debe combatir el Covid-19 y otras pandemias, ¿primero se debe solucionar el problema del cambio climático?

A.M.: Hay una nueva encuesta del PNUD. La mayoría de los 1,2 millones de personas interrogadas, en todo el mundo, consideran que la crisis climática es una “emergencia” y desean ver una acción concertada. Entonces, sí creo que la gente común comprende la naturaleza de la crisis climática; de hecho, lo hace mejor que la mayoría de los políticos y las clases dominantes.

LA RUEDA SUELTA: Pues parece no difícil de entender…

A.M.: Los vínculos entre la pandemia y el clima no son tan difíciles de comprender. La tala de bosques tropicales hace que tanto los patógenos, como el dióxido de carbono eliminado, vayan a otra parte, lo que provoca nuevas enfermedades y concentraciones crecientes de CO2. No se trata de cadenas causales que no se puedan explicar a las personas.

«Si los partidos de izquierda hubieran llegado al poder, podríamos estar en camino de frenar el calentamiento global a niveles tolerables»: Andreas Malm

LA RUEDA SUELTA: ¿Por qué dice que si no se derrota a la extrema derecha, el gran perdedor será el cambio climático?

A.M.: Porque la extrema derecha en todas partes defiende lo mismo de siempre. En Brasil, se les permite a ganaderos y plantadores arrasar las selvas tropicales; Alemania quiere que las minas de carbón permanezcan en funcionamiento durante cientos de años, y  Noruega busca extender y acelerar la producción de petróleo, etc. La extrema derecha niega o minimiza y distorsiona la crisis climática. Estados Unidos y Brasil podrían ser los ejemplos más obvios de esto en los últimos años: si la extrema derecha está en el poder, la destrucción del clima se acelerará espantosamente.

LA RUEDA SUELTA: ¿Pero qué ha hecho la izquierda por la crisis climática?

A.M.: Han formulado las políticas adecuadas para abordarlo. Un ejemplo maravilloso es Jeremy Corbyn, laborista en el Reino Unido: su programa climático para las elecciones de 2019 fue probablemente el mejor presentado por un partido importante en un país capitalista avanzado. Desafortunadamente, los laboristas perdieron las elecciones ante los conservadores de Boris Johnson, un antiguo negacionista del clima.

LA RUEDA SUELTA: Parecido a Estados Unidos…

A.M.: En Estados Unidos, el ala izquierda del Partido Demócrata, liderado por Bernie Sanders, hizo un excelente y completo programa de lo que se debe hacer en ese país, el Green New Deal. Pero Sanders perdió con Biden. El principal problema es que los partidos de izquierda contemporáneos aún no encuentran la forma de llegar al poder. Si lo hubieran hecho, podríamos estar en camino de frenar el calentamiento global a niveles tolerables.

Según la FAO, entre 1990 y 2020 se han perdido 178 millones de hectáreas de bosques. Crédito: Pixabay.com 

LA RUEDA SUELTA: ¿Qué es exactamente lo que usted llama el leninismo ecológico en su libro?

A.M.: No creo que nadie sepa qué es exactamente. Lo que ofrezco en mi libro es un bosquejo tosco, tosco y muy provisional del leninismo ecológico. Señala tres componentes: 1) la ambición de transformar cada momento de desastre ecológico en una crisis política por las causas de estos desastres. 2) el leninismo ecológico acepta que el Estado debe ser un actor central en una transición hacia una economía que no destruya sistemáticamente el planeta. Esto se distingue del anarquismo y las corrientes cercanas a él. 3) un legado de Lenin es más relevante que nunca: una apreciación de la velocidad, una impaciencia incansable, una comprensión de que tenemos poco tiempo y que «la demora es fatal», como solía decir.

LA RUEDA SUELTA: ¿Y usted es el único que está en esto?

A.M.: Esta es, por supuesto, una apropiación selectiva de Lenin para usos actuales. También es un boceto que requiere mucha elaboración y, afortunadamente, no estoy solo en este proyecto. Varios compañeros comenzaron a pensar sobre por qué y cómo necesitamos la política leninista en este momento de emergencia ecológica crónica. Se hablará más sobre esto.

«Si creo que la gente común comprende la naturaleza de la crisis climática; de hecho, lo hace mejor que la mayoría de los políticos y las clases dominantes»: Andreas Malm

LA RUEDA SUELTA: ¿Cuál es el futuro del capitalismo?

A.M.: Todo depende de la iniciativa, la acción y el equilibrio de fuerzas. No hay forma de que el capitalismo muera naturalmente a causa del Covid-19. Tiene que ser eliminado mediante una intervención política deliberada, o seguirá enconándose, y produciendo más y peores crisis.

LA RUEDA SUELTA: Políticamente, ¿quién podría beneficiarse de esta pandemia?

A.M.: Difícil de responder. Hasta ahora, sorprendentemente la extrema derecha no se ha beneficiado, al menos, no en los países del norte. Esto podría cambiar, por supuesto, si la pandemia se transforma en una depresión económica prolongada con más empleo masivo (que de calidad) que ahora. También podría ir hacia el otro lado, hacia la izquierda, si la izquierda logra formular políticas y campañas significativas en este momento. Una vez más, esta es la historia construida por personas y, por lo tanto, difícil, si no imposible, de predecir.

La carátula del libro de Andreas Malm

LA RUEDA SUELTA: ¿De verdad cree que después del Covid-19, si todo termina bien, la gente dejará de consumir carne, aceites o café?

A.M.: No. Y tampoco estoy seguro de que sea ideal: no estoy a favor de una prohibición total del consumo de aceites (combustible fósil, sí, pero no de palma y otros aceites vegetales, si eso es lo que tiene en mente) o café. Pero estos productos deben generarse de una manera radicalmente más sostenible, lo que probablemente también signifique cantidades más pequeñas.

LA RUEDA SUELTA: ¿Y la carne?

A.M.: La carne, sí, debe haber una reducción hacia el consumo cero, aunque, por supuesto, no estoy interesado en detener la caza de las tribus aisladas en el Amazonas o los inuit en el Ártico, pero las poblaciones metropolitanas deben ser orientadas hacia una dieta basada en plantas. Es poco probable que esto suceda de forma espontánea. Requiere intervenciones políticas. Infortunadamente, no hay señales de que éstas se estén materializando en este momento. Una vez más, habrá que luchar por ellos.

«Los murciélagos no crearon el sistema económico que devasta la naturaleza y que envía patógenos por todo el mundo»: Andreas Malm

LA RUEDA SUELTA: ¿Cuáles son sus propuestas para acabar con la deforestación, la minería, el tráfico de fauna silvestre y otros fenómenos que amenazan al planeta?

A.M.: Pon estas cosas bajo control público y redúcelas al mínimo. Las cadenas de suministro que terminan en los países del norte y arrebatan espacio a los países del sur deben ser sometidas a revisiones oficiales y redirigidas para que no destruyan los bosques tropicales. Las empresas de combustibles fósiles deberían nacionalizarse y transformarse en empresas que eliminen el CO2 de la atmósfera en lugar de agregar más; para aquellos que ya son de propiedad estatal, sus asignaciones deben cambiarse en consecuencia. El tráfico de vida silvestre debe combatirse con las fuerzas a disposición del Estado. En lugar de bloquear y perseguir a los inmigrantes, como lo hacen los estados de los países del norte en la actualidad, deberían perseguir a las personas que se benefician del comercio de vida silvestre. 2021 es absolutamente crucial para estas luchas. Pero también lo serán 2022 y 2023 …

LA RUEDA SUELTA: ¿Cómo actuar en países como Colombia, donde el año pasado fueron asesinados 64 ambientalistas?

A.M.: Debo decir honestamente que tengo un conocimiento muy superficial de la situación en Colombia.

LA RUEDA SUELTA: ¿Qué tipo de ambientalista es usted? ¿Cómo definiría la ecología humana?

A.M.: Soy un marxista ecológico. La ecología humana es el estudio de la relación entre los humanos y el resto de la naturaleza, que es, sin duda, casi todo lo que sucede. De ahí que sea una disciplina académica muy extraña, rara, transdisciplinaria y liberadora.

*Periodista y editor. En Twitter: @joseangelbaez

11 comentarios en ““Si la extrema derecha está en el poder, la destrucción del clima se acelerará espantosamente””

  1. Libertario exclusivo

    Su relató no es ……..
    Los hechos son : el SARS-CoV-2 dicen que proviene del murciélago y que se ha difundido por culpa del capitalismo, está muy bien dicho por un seguidor del creador de esa palabra, yo prefiero llamarlo libre mercado, pero si ha de ser culpa de un sistema económico sería el del Capitalismo de Estado chino hijo del Marxismo.
    De llama a si mismo marxista ecológico, yo lo llamaría Capitalista inclusivo sería más correcto para un buen marxista.
    Gente como el nos llevará a una sociedad inclusiva en la que la amplia mayoría de la humanidad seremos iguales ante la pobreza,
    Y el resto tendrán su sociedad libre que tendrá todos los avances científicos y tecnológicos con los cuales gobernará y controlara a la clase inclusiva.

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  5. Sergio Martinez

    Claro que me gustaría muchísimo ser parte de una empresa que se dedicará a construir o reconstruir el planeta desde los ríos, bosques desiertos lagunas atmósfera terrestre y submarina y que está fuera una empresa sería, transnacional o mundialmente reconocida amada y apoyada por las mayorías que estuvieran a favor de ver a nuestro planeta como nuestra madre quien nos dió vida pero creo que existen más intereses en seguir conquistando y explotando humanos y recursos para que unos cuantos sigan decidiendo el rumbo de nuestras vidas a favor de sus comidas vidas sin importar lo que pase mientras tanto…..

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